CORAZONES UNIDOS PARA EL BIEN (HUGCLT)

Cómo una familia pasó de vivir en un autobús a volver a casa en uno

por Steven Tilley , Director Asociado de HUGCLT

Lo conocí hace unos meses. Parecía de 14 años, pero me enteré de que acababa de cumplir 19. A los 17, con el corazón lleno de esperanza y el sueño de ayudar a su familia, vino solo a este país buscando trabajo. Aquí no tenía familia ni amigos. Desde el principio le han mentido y se han aprovechado de él. Trabajó durante meses en una obra esperando promesas de pago, pero nunca llegaron. Debido a su edad y tamaño, el refugio para hombres era un lugar de tormento para él. Ahora duerme a la intemperie con un cuchillo improvisado hecho con un trozo de vidrio debajo de la manta todas las noches. Cuando le pregunté qué necesitaba, dijo que extrañaba a su madre y que quería volver a casa. Después de meses de trabajar para conseguirle un pasaporte, ¡por fin lo tenemos! Hoy le dije que estábamos trabajando para conseguirle un billete de ida y que debería estar en casa en una semana más o menos. Me echó la cabeza al pecho y dijo: "¡Gracias, gracias, gracias!". No se lo he dicho todavía, pero decidimos que le daríamos un poco de dinero para ir a Walmart y llenar su maleta con regalos para su familia en casa.

Les cuento esta historia porque, de regreso a la oficina, sentí un gran cariño por todos los que se han unido a nosotros para ayudarnos a hacer de este mundo un lugar un poco más hermoso. Hoy le tomé una foto a su mochila porque me contaba que anoche, mientras dormía, las ratas se la comieron. Esta noche dormirá mejor sabiendo que pronto podrá irse a casa.

Cada palabra de aliento, cada donación y cada aportación económica nos permiten realizar el trabajo que Bethany y yo amamos con tanta pasión. ¡Gracias de corazón! Los queremos y apreciamos a todos.

*2 SEMANAS DESPUÉS*

Después de muchos días planeando e intentando que las cosas sucedieran, "A" por fin ha vuelto a casa. Desde el día que lo conocí en la calle, supe que nuestros caminos se unían por una razón. Cada persona que entra en tu vida tiene algo que te ayuda a aprender y crecer. Con razón, "A" al principio estaba asustado y cerrado. Cada conversación implicaba pasarme el iPhone una y otra vez usando el Traductor de Google. Con el tiempo, las conversaciones se volvieron más profundas y pude sentir cómo se derrumbaban los muros que lo rodeaban. Unos días antes de su partida, me reuní con él para repasar todos los detalles e instrucciones. Cuando fuimos a despedirnos, se abalanzó sobre mí para abrazarme con tanta fuerza que tuve que retroceder con el pie para mantener el equilibrio. Unas horas después, recibí un mensaje de WhatsApp suyo. Lo copié y lo pegué en el Traductor de Google para leerlo. Este era su mensaje...

¿Cómo estás, padre? Muchas gracias por sentir ese amor de hijo en tu corazón. Nunca en mi vida mi padre me había dado un abrazo, y lo llevo en mis pensamientos y en mi corazón.

Tenemos que tomar decisiones cada día y con cada persona que conocemos. Algunas son más difíciles que otras, pero nuestra respuesta puede cambiarle el día a alguien... la vida. Les pido que bendigan a “A”. Las dificultades de su país son la razón por la que vino aquí. También les pido que bendigan a mi maravillosa amiga Carolina Valder por su gran compasión al ayudar a “A” a regresar a casa. Carolina trabaja en Camino y ayudan a empoderar a la comunidad de muchas maneras. Les daré un enlace abajo y también en los comentarios a la publicación original sobre “A”. Gracias a todos los que ayudaron a “A” en su camino. Hacen del mundo un lugar más hermoso. El amor siempre triunfa.